sábado, 31 de marzo de 2012

Durmiendo con... mis gatos

A mí, lo de meterme en la cama, es que me hace feliz. Y digo meterme en la cama en su sentido literal, es decir, a dormir. Y si hace frío y tengo que dejarme los calcetines un rato, pues más feliz todavía. Y si tengo que taparme con el edredón hasta la altura de la nariz, pues es que ya ni te cuento. Pero el colmo de los colmos, la felicidad más absoluta es: meterme en la cama con los calcetines puestos, tapada hasta la nariz y con uno o más gatos alrededor... ¡qué placer!

El primero que coge sitio es Apolo. Normalmente duerme a mis pies, pero cuando llego tarde de trabajar (a veces hago el turno de noche y llego a la 1 AM) le dan ataques de cariño y se me tumba en el pecho a ronronear. Y se me pone una sonrisa de boba....
Minerva suele dormir entre las piernas de mi chico. Lo malo, para él, es que no es entre los pies, sino entre las piernas. Y no donde terminan, sino donde empiezan, con lo cual el hombre tiene que despatarrarse para que la señorita pille la postura...
Yunus va y viene. Y no es sigiloso, precisamente. Si se baja de la cama lo hace con suficiente impulso para llegar hasta el pasillo, con lo que clava sus patitas con fuerza en el cuerpo que tenga debajo, ya sea gato o persona. Y para subir coge carrerilla desde el pasillo, con lo que suele despertarnos a todos.
Sirio aparece en mitad de la noche y desaparece por las mañanas. Es muy sigiloso y nunca nos damos cuenta de que se sube, sólo si nos desvelamos descubrimos que está con nosotros. Eso sí, nada de dormir a los pies: donde mejor se está es en la cabecera de la cama, con almohada y todo.
Y Estrellita... se desvela cuando nos acostamos y nos trae juguetes a la cama, cuando estamos cogiendo el sueño se pone a chinchar a los hermanos, varias veces durante la noche llega ronroneando y se hace un ovillito muy pegada a mí, busca por la casa el juguete más ruidoso y lo trae a la habitación para que no nos olvidemos de ella...

Apolo y Sirio haciendo "la rosca".

Si los hubiese enseñado desde pequeños a dormir fuera de la habitación, seguramente dormiría del tirón y podría cambiar de postura más fácilmente. Además, ni el edredón ni las sábanas estarían tan llenos de pelo y no tendría que sacarmelos de la boca cuando me tapo. Probablemente podría sacar el pie cuando tengo calor sin miedo a recibir un mordisco en el dedo gordo.

Pero seguro que no sonreiría al acostarme, ni al escuchar ronroneos o lametones de madrugada. Quizás mi caso sea excesivo, ya que solemos ser 7 en la cama, aunque estoy segura de que no soy la única que duerme con gatos... ¿a que no?

De izq. a dcha. Minerva, Estrellita, Yunus y Apolo. Aquí impera la ley de "tonto el último".

jueves, 22 de marzo de 2012

Plagas

Esta mañana me levanté de buen humor. Desayuné, me puse mi chandalillo, limpié los areneros y cuando me iba a mi clase de pilates me encontré con una sorpresa en el portal.


Atención al primer párrafo: LOS GATOS Y PALOMAS SE ESTÁN CONVIRTIENDO EN PLAGAS QUE PUEDEN TRANSMITIR INFECCIONES ADEMÁS DE ENSUCIAR EL ENTORNO.

Me he quedado helada y patidifusa, pero he tenido que reponerme rápidamente de mi conmoción porque llegaba el conserje y no quería comentar nada así, en caliente, que luego me arrepiento. Así que me he pasado toda mi clase de pilates dándole vueltas a un maléfico plan: colgar un cartel alternativo con un mensaje tal que así:

"POR FAVOR, NO ALIMENTEN A LOS HUMANOS, SE ESTÁN CONVIRTIENDO EN UNA PLAGA QUE TRANSMITE ENFERMEDADES Y QUE RESULTA LETAL PARA EL RESTO DE ESPECIES"

O....

"DESINFECTEMOS LAS CALLES, ELIMINEMOS INSECTOS Y PÁJAROS, TALEMOS LOS ÁRBOLES Y ERRADIQUEMOS A LOS ANIMALES. HAGAMOS DE NUESTRO BARRIO UN ENTORNO HIGIÉNICO Y PULCRO"

Cuando he vuelto de pilates lo he visto claro: he optado por la solución más radical.


No he hecho ninguna heroicidad ni he cometido ningún delito, pero cuando por fin he llegado a casa con el cartel arrugado escondido en el bolsillo... me temblaban las piernas...

martes, 20 de marzo de 2012

Centro de planchado

Como iba con prisas, dejé la ropa que me iba a poner encima de la cama mientras me duchaba. Cuando salí me encontré con esto...


¿Para qué me plancharé yo las camisas si tengo a Yunus?...

martes, 13 de marzo de 2012

Patrulla Gatito

Como esté cansada, hay pocas cosas que me animan a mover un dedo. Soy una persona tranquila, ya lo he contado alguna vez, y a partir de las 8 o las 9 de la noche, me pongo el pijama y no hay quien me saque de casa. Sin embargo, hay algunas palabras o combinaciones de palabras que me hacen saltar como un resorte. Por ejemplo: gatito + calle.

Os pongo en situación: Lunes, 9 de la noche. Mi primer día libre tras 7 trabajando. Estoy en el salón leyendo y esperando a que vuelva mi pareja que ha salido un momento para devolverle no sé qué cosa a un amigo. La cena me espera en la cocina y sólo pienso en meterme en la cama prontito. Suena el móvil, es mi novio.
-mmmmm?
-soy yo.
-lo sé, lo pone en la pantalla.
-que he visto un gatito.
-¿un gatito? ¿has visto un gatito? ¿un gatito cómo? ¿dónde?
-en el barrio, detrás de la farmacia. Negrito, como la mitad que Estrellita. Y maullaba.
-¿un gatito que maullaba? ¿y no lo has cogido? (en este momento ya me he levantado del sofá, tirando sin querer a Yunus que dormía en mis rodillas)
-pues es que iba con prisa y... no he podido... se ha metido en los arbustos y...
-¿has visto un gatito que maullaba y no lo has cogido? (ahora ya estoy en mi cuarto, con una mano sujeto el móvil y con la otra trato de cambiarme de pantalones)
-¿te puedes acercar?
-...... (ya he colgado)

Y allí que me voy, con un transportín y una latita, tratando de tapar con el abrigo la parte de arriba del pijama. En busca de un gatito negro que maúlla y que ocupa la mitad que Estrellita. Busco, rebusco, me agacho, ¿estará debajo de un coche?, ¿se habrá metido entre los arbustos?. Silencio, no oigo nada. Una parejita me observa extrañada desde dentro de un coche aparcado... ¿qué pasa? ¿ no puedo andar sola por la calle con un transportín vacío y una lata? ¿no puedo asomarme debajo de los coches ni separar los arbustos en pijama? ¡Iros a un hotel, coñe, que los cristales no son tintados!

Vuelvo a casa con mi transportín vacío. Esta vez la patrulla gatito ha fracasado. O no, según se mire, porque si lo pienso friamente no sé qué voy a hacer cuando me encuentre a otro gatito desvalido. Porque me lo encontraré, de eso estoy segura, a pesar de que procuro andar deprisa y hacerme la tonta cuando escucho miau.

Minerva: "Ya no sabe una ni dónde meterse, en esta casa hay gatos por todas partes.."

martes, 6 de marzo de 2012

Juntos y revueltos

Tenemos cestas, cestitos, camas, sillones, alfombras, butacas... mil y un sitios en los que tumbarse a pasar el rato si uno es un felino casero y su actividad favorita es dormir. Pues bien, mis dos gatos más grandes, Yunus y Apolo, deciden que se está mejor en compañía. Más juntos no se puede...

¿No parecen dos pollitos en el nido?

Otra cosa: Estrellita ya está esterilizada y se recupera estupendamente. Sólo un pequeño apunte: la veterinaria ha tenido la feliz idea de que le demos el antibiótico en pastillas, dos veces al día, para lo cual es necesaria la presencia de los dos humanos de la casa, con sus respectivas manos arañadas para sujetarla... ¡¡con lo enana que es y lo que se revuelve la tía!!