lunes, 30 de marzo de 2015

Volveré

Volveré, lo prometo. En cuanto tenga fuerzas volveré. Mientras tanto, estaré a la vuelta de la esquina.

http://sinflequillo.blogspot.com.es/

:)

miércoles, 18 de febrero de 2015

A deshoras

Cuando llego a casa después de trabajar suele recibirme, nada más abrir la puerta, una avalancha de gatos hambrientos que maúllan como posesos como si no hubiesen comido en semanas. Ayer cuando llegué había silencio... ¿por qué? Pues porque me olvidé de guardar el bote del pienso en el cajón y me lo dejé sobre el mueble de la entrada. Consecuencia:


Se habían pasado la tarde poniéndose morados, con lo que no tenían ganas ni de cenar... y estaban los tíos tan panchos y relajados haciendo la digestión.

En mi casa se come cuando yo estoy, porque Apolo solo puede comer comida húmeda y si dejo los cuencos con pienso él arrasa. Y por esa razón a veces creo que lo de comer a demanda se me ha ido un poco de las manos. Me explico: en mi casa, como en las bodas...

Primero se cena:

¡¡¡Y luego se recena!!!


A las 23:30 toca cena húmeda, tras la cual dejo preparados los platitos con pienso para levantarme a las... ¡¡¡4 de la mañana!!! Me pregunto cómo he llegado a tal nivel de esclavitud... Todo empezó levantándome a eso de las 7 am cuando en realidad hasta las 8 no suena el despertador. Aquello me molestaba infinito, pero lo sobrellevaba. Después Apolo empezó a despertarme a las 5, pero yo me hacía fuerte hasta las 6 o 6 y media. Ahora procuro aguantar hasta las 4, pero es que anoche eran las 3 y ya me estaba dando la brasa... ¡¡¡las 3!!! Así que por primera vez en mi vida cerré la puerta de la habitación y hasta las 4 y media no me levanté sobresaltada por las embestidas...

Los muy puñeteros han depurado su técnica con los años: se pasean sobre mi estómago, me pisan el pelo, me rozan con los bigotillos, me maúllan al oído... A veces los mataría, pero es que son tan adorables...

Apolo en modo niña del exorcista, andando por la pared...

lunes, 12 de enero de 2015

Grandes desgracias que quitan el sueño

Seguro que no soy la única que se alegra: ¡¡POR FIN SE TERMINÓ LA NAVIDAD!! ¡¡POR FINNN!! La gran mayoría lo dirá porque se terminaron los niños en casa, las comilonas multitudinarias o las aglomeraciones en las tiendas, pero yo lo digo, básica y principalmente porque...
¡¡YA NO TENDRÉ QUE ENDEREZAR MÁS EL ARBOLITO!!


Es más, después de 15 días recolocando los adornitos diré lo mismo que afirmo tooodos los años al terminarse la Navidad: El año que viene NO pongo el árbol (dentro de 11 meses se me habrá olvidado, porque queda taaaan mono...)

El caso es que después de hacer la foto la he estado analizando un rato y me he dado cuenta de que en ella se acumulan gran parte de las "grandes desgracias que me quitan el sueño por las noches": Los laterales de mis sillones están destrozados, mi alfombra está siempre arrugada y parece que me acabo de mudar por la gran cantidad de cajas de cartón que acumulo...

Sirio, pillado in fraganti en plena pelea con la alfombra.

Estrellita ocupando la caja que suele estar en mitad del pasillo, 
en el sitio exacto en el que asegurarme un tropezón.

Pero no todo termina ahí, porque también mantengo una gran lucha física y mental contra las huellas indudablemente felinas que adornan mis muebles:


Y como no podía ser de otra manera, la GRAN PELEA de mi vida es contra los malditos pelos. De momento ganan ellos, pero todo se andará...
¿Cómo puede ser que tenga pelos hasta en la ropa interior?.......... Mmmmm....

Menos mal que, en compensación por todos estos sufrimientos, los Reyes Magos han tenido el detallazo de traerme un teléfono móvil nuevo en sustitución del zapatófono que utilizaba hasta ahora. ¡¡Fijaos si es moderno, que puedo hacerme hasta selfies como las famosas!!