Afortunadamente en esa ventana hay protección doble y aunque traspasen la mosquitera enrollable se topan con la red y no hay peligro ninguno. El único problema y la razón por la que no los dejaba salir a la jardinera son mis plantas, mis preciosas y delicadas plantas.
La primera solución, a eso de las 6 AM, fue cerrar las ventanas. Resultado: a los 50 grados que ya teníamos en mi casa se unieron unos cuantos más generados por los numerosos cuerpos humanos y felinos. Así que a eso de las 7 abrí las ventanas y las mosquiteras (gracias a que tengo red, estuve a nada de tirar a los gatos...) y los dejé que hicieran lo que les diera la gana, pero que me dejasen dormiiiiiirrrr!!!!
Adiós, hortensia. Adiós, cala. Adiós plantas de hojas grandes. Aunque... ¿no están monísimos en el microjardín?...
Al único al que no le hace ninguna gracia el nuevo divertimento es a Sirio, mirad qué cara se le ha quedado...