lunes, 12 de enero de 2015

Grandes desgracias que quitan el sueño

Seguro que no soy la única que se alegra: ¡¡POR FIN SE TERMINÓ LA NAVIDAD!! ¡¡POR FINNN!! La gran mayoría lo dirá porque se terminaron los niños en casa, las comilonas multitudinarias o las aglomeraciones en las tiendas, pero yo lo digo, básica y principalmente porque...
¡¡YA NO TENDRÉ QUE ENDEREZAR MÁS EL ARBOLITO!!


Es más, después de 15 días recolocando los adornitos diré lo mismo que afirmo tooodos los años al terminarse la Navidad: El año que viene NO pongo el árbol (dentro de 11 meses se me habrá olvidado, porque queda taaaan mono...)

El caso es que después de hacer la foto la he estado analizando un rato y me he dado cuenta de que en ella se acumulan gran parte de las "grandes desgracias que me quitan el sueño por las noches": Los laterales de mis sillones están destrozados, mi alfombra está siempre arrugada y parece que me acabo de mudar por la gran cantidad de cajas de cartón que acumulo...

Sirio, pillado in fraganti en plena pelea con la alfombra.

Estrellita ocupando la caja que suele estar en mitad del pasillo, 
en el sitio exacto en el que asegurarme un tropezón.

Pero no todo termina ahí, porque también mantengo una gran lucha física y mental contra las huellas indudablemente felinas que adornan mis muebles:


Y como no podía ser de otra manera, la GRAN PELEA de mi vida es contra los malditos pelos. De momento ganan ellos, pero todo se andará...
¿Cómo puede ser que tenga pelos hasta en la ropa interior?.......... Mmmmm....

Menos mal que, en compensación por todos estos sufrimientos, los Reyes Magos han tenido el detallazo de traerme un teléfono móvil nuevo en sustitución del zapatófono que utilizaba hasta ahora. ¡¡Fijaos si es moderno, que puedo hacerme hasta selfies como las famosas!!