lunes, 23 de abril de 2012

Separación de bienes

¿Debería contar esto?... mmmm... quizás no, que es un poco personal...

.....

Vaaaaale, venga, lo cuento... Mi chico y yo hemos nos hemos planteado muchas veces la siguiente cuestión: ¿qué pasaría si nos separásemos? Sí, ya sé que deberíamos hablar de otras cosas más positivas como qué pasaría si tuviésemos un hijo, o qué tal si les damos una alegría a nuestros padres y nos casamos o para cuándo el sexto gato (noooo, esto último no, por favor!!!!). Pero no podemos evitar que de vez en cuando aparezca esta cuestión tan trágica: la separación y sus consecuencias.

Por lo general, la conversación empieza pacíficamente. Yo tengo claro que tendría que mudarme, porque el piso es de sus padres, pero él es consciente de que el coche me lo quedo yo. Con la lavadora que haga lo que quiera, que para eso nos la donó su hermana, pero el lavaplatos se viene conmigo, yo lo elegí, encargué y pagué. La cama se la regalo, que suena mucho, las fundas nórdicas me las llevo, para algo las compré a mi gusto.

Él es bastante conformista y suele aceptar lo que yo le propongo, las cosas de la casa no le importan demasiado. Pero la conversación empieza a subir de tono cuando me dice: "¿y los gatos? habrá que repartirlos, ¿no? Yo traje a Yunus y a Estrellita, me los tendré que quedar..."

Minerva: "¿y esos gritos? se avecina tormenta..."


¿Perdona? ¿qué dices de los gatos? ¿repartir?...

Ja.

¡JA!

Mira, a ver si te queda claro porque esto ya lo hemos hablado: los gatos, rey, se vienen conmigo. TODOS. Se vienen conmigo porque soy su madre y porque sí. Y porque si me dices lo contrario me tenso y me sale esa parte chula y violenta de mí que sólo aflora cuando conduzco y cuando me tocan a mis gatos. Y todavía tiene la cara de decirme "no serás capaz de hacerme eso, ¿no?"...

Mira, no me enfades, que no respondo. Que yo por mis gatos... ¡ma-to!

Sirio y Yunus: "vamos donde quieras, pero no nos hagas levantarnos..."

domingo, 15 de abril de 2012

8ªC

No es la primera vez que nuestro vecino aparece en este blog, ya conté en otra ocasión el vértigo que me da verlo asomado a la celosía de su cocina. Ni tampoco es la primera vez que comento el tema con su humana, pero ella no lo considera peligroso, así que yo no puedo hacer mucho más salvo insistir en el asunto de vez en cuando.
El caso es que no se cómo se llama el minino en cuestión, pero yo lo he bautizado como Naranjito.


Ya me voy acostumbrando a verlo ahí, con medio cuerpo fuera a la altura de un 8º, aunque en ocasiones me da tanto vértigo que tengo que dejar de mirar para que no se me salga el corazón por la boca. 

Lo gracioso del asunto es que mis gatos ya han aprendido qué significa la frase "chicos, que está Naranjito en la ventanaaa!!!" y cada vez que se lo digo van corriendo a asomarse para observarlo desde el rascador...


¡¡Y a veces hasta se hablan!! ¿Qué se dirán?... De lo que estoy más convencida cada día es de que a Minerva le gusta Naranjito,  porque se pueden varios minutos seguidos mirándose fijamente.


No quiero ni pensar en lo nervioso que se va a poner Naranjito el día que se pase este invierno atrasado que estamos teniendo y vuelvan las golondrinas al barrio, porque les encanta volar en círculos a ras de las fachadas de las casas.

Mira que les gusta a estos mininos hacernos sufrir...

martes, 10 de abril de 2012

Mal de muchos...

Hay que fastidiarse, para cuatro días de fiesta que tengo seguidos en los que no tengo que levantarme para ir a trabajar... y resulta que he madrugado más que cualquier día laborable!! Qué mala leche se me pone cuando empiezan con los ruiditos, las carreras, los mordiscos, las pataditas...  a las 7:30 AM!!! A LAS 7:30!!!! Por Diosss, que no están puestas ni las calles!!!

No me queda más remedio que levantarme medio zombi, descalza porque mis zapatillas han sido esparcidas por debajo de la cama durante la noche, con unos pelos de loca que asustan y repartir equitativamente el pienso en los cinco cuencos. En semejantes circustancias sólo me consuela un pensamiento: en esos mismos momentos, en las casas de mis amigos bloggeros, se está produciendo una escena similar... jeje...

Apolo: ¡despierta, Sirio, que es la hora de desayunar!

(Efi, bonita, recupérate pronto, que te echamos de menos...)