lunes, 22 de abril de 2013

Hogar, dulce hogar

¡¡Ya!! Ya está todo: estanterías, cortinas, lámparas, cuadros, cajas... Todos y cada uno de los 500.000 trastos que salieron de mi antigua casa ya están colocados y ordenados. ¿Milagro? No, un padre con un taladro y una madre insistente han sido claves en el proceso...

La mudanza fue muy bien, excepto por un detalle: uno de los señores que, amablemente, desmontaron mi ex-casa para meterla en un camión y traerla hasta aquí, tenía una alergia a los gatos que se moría. Al final del día, cuando ya se marchaba, apenas podía abrir el ojo derecho y no paraba de moquear... Al cabo de una semana, cuando vino a recoger las cajas ya vacías, se quedó en el rellano, no se atrevió a cruzar la puerta... jeje...

En esta casa nueva tenemos:

Un tendedero "chill out" en el que pasar las tardes rodeados de plantas y escuchando a los niños que juegan y gritan en las zonas comunes.


Unas ventanas bien hermosas por las que entra el sol y desde las que podemos cotillear ampliamente la calle, las ventanas de los vecinos y las zonas comunes.



Y, como no podía ser de otra forma, tenemos dos vecinos felinos que salen a pasear todas las tardes. Uno es gris y blanco y el otro es negro y gigante. Ambos llevan collar y, como buena cotilla que soy, ya he descubierto quiénes son sus dueños y en qué piso viven. En la foto, si os fijáis bien, se ve al negro y gigante. Podría haberlo rodeado con un círculo para que lo encontráseis a la primera, pero así os hago trabajar... jeje... (Pista: en el centro de la foto)


Además, volvemos a tener rascador casero, aunque en versión algo más reducida por cuestiones de espacio, pero situado en una habitación mucho más chula con dibujos de gatos en las paredes!


Poco a poco todos vamos encontrando nuestro sitio. De hecho, Sirio ha sido el primero en dar con él: un nanosegundo después de levantarme, ocupa mi cama para aprovechar el calorcito que dejo y el rayo de sol que entra por la ventana (y que da justamente en mi ojo a las 7 AM...)


Creo que ya puedo decir que éste es nuestro nuevo hogar. Ahora sólo falta que yo encuentre un trabajo en condiciones para poder seguir comiendo Royal Canin... pero ésto ya lo contaré en el siguiente capítulo...

Y ahora, a ponerme al día con vuestros blogs. ¡¡Cuánto os he echado de menos!!