martes, 26 de julio de 2011

Desde mi ventana

La primavera pasada, una gata callejera del barrio tuvo 6 gatitos negros encima del tejado de una galería comercial que veo desde mi ventana. Desde que los descubrí, todos los días me asomaba y hacía recuento; no me quedaba tranquila hasta que no comprobaba que estaban los 6 y su mamá.

Un día, en verano, uno de los gatitos se cayó o bajó, no sabemos, el caso es que mi novio llegó a casa y me dijo: "uno de los gatitos está maullando entre los coches, tenemos que cogerlo!!". Transportín y latita en mano, comenzó la operación rescate, pero el mini gatito negro corría que se las pelaba. Lo perseguimos, lo intentamos camelar con latas, nos arrastramos por debajo de los coches, hasta el dueño del restaurante chino nos prestó una linterna, pero fue imposible, así que a eso de las 2 am nos subimos a casa arrastrando los pies. Al día siguiente, al hacer el recuento, comprobé que volvía a estar con sus hermanos!!
Pasaban los meses y cada vez quedaban menos. Me contó la veterinaria que a uno lo envenenaron, que a otro lo pilló un coche... En diciembre quedaban 3 y uno se subió a un árbol durante TRES días (con sus tres noches y sus maullidos correspondientes) así que llamamos a los bomberos cuando vimos que las urracas empezaban a merodear. Y allí que se presentaron, con sus sirenas, sus escalas y sus mangueras, una dotación de bomberos completita que amablemente trató de cazar al gatito. Pero el minino, al ver que se le acercaban dos señores con máscaras oscuras y guantes subidos en una caja metálica, saltó aterrorizado desde 4 metros y se escondió. No volvimos a saber de él.
Desde primavera solo queda uno, al que tengo vigilado, pero al que nunca me he conseguido acercar. Primero porque vive en un tejado y segundo porque cuando baja me mira con cara de "déjame tranquilo" y me da un miedito...
Hoy he descubierto que, desgraciadamente, no es un gatito. Es una señora gata y tiene 3 bebitos. Cuando los he visto, he cerrado los ojos unos segundos y he pensado "por favor, por favor, que sean pájaros" pero al volver a abrirlos se han confirmado mis sospechas: son gatitos muy pequeños, con sus rabitos y orejas, correteando y jugando encima del tejado.
Se me parte el corazón, la historia se repite. Mi veterinaria me ha dicho: "tú no mires", pero no puedo dejar de asomarme a la ventana.




Mamá gato, al lado del aire acondicionado. Los gatitos, en esa especie de casa de ladrillo.

7 comentarios:

  1. Como si fuera tan facil desentenderse,esa vete no tiene ni idea de lo que somos capaces los gatofilos.Merlin manda saluuudos.

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  2. Es normal que no dejes de mirar. Durante unas semanas desde la ventana veíamos en la terraza de un edificio de enfrente, que está cerrado, un gato negro. Todas las tardes estaba allí durmiendo.
    Igual que apareció se fue... casi todos los días me fijo a ver si le veo.

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  3. Es triste la historia, los vemos durante un tiempo hasta que desaparecen, a veces hay final feliz.
    Saluudos!

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  4. Me pasa igual con la colonia de mi calle, los matan los coches, los perros, la gente... He hablado con la prote de mi ciudad para castrar las hembras, porque es una pena que los cachorritos acaben así. podías comentarlo con protectoras de tu ciudad, a ver si tienen programa de control de gatas callejeras.

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  5. A mi me pasaría lo mismo..dan tanta pena..esta semana tuve que llamar a la protectora para que sacaran a uno que se quedó encerrado en el parking y no quería salir..da mucha pena verlos así..

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  6. jejeje, vaya.. veo que lo de los bomberos no fue solo mío. Yo no quise preguntar, pero confío en que el que saltó desde mi árbol terminó bien... Había un chico detrás de él desde hacía alguna semana y es un amante de los gatos espectacular.

    Qué bonitos son los gatos que tienes...!!! Me encantan... Yo porque no dependo de mí misma en ninguno de los sentidos... pero si no... ays...

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  7. Que triste resulta chica. Yo cargué con la Mila a casa a sabiendas que mas de uno no podía pero... me partía el alma verla como estaba casi muriendo ya y no hacer nada por ella. Despues hallarles hogar tampoco es fácil y en el supuesto de que se lo encuentres con facilidad, el separarse de ellos.... es duro tambien. Se les toma mucho cariño.
    Siempre digo que si fuera rica pondría un hogar para animales callejeros, perritos tambien, me dan tanta lástima, hambreados, enfermos...
    Mi Tai nació callejero y hoy es como si fuera el hijito que no he podido tener. Ojalá tuviera condiciones para dar hoga a otros mas, aquí todo es tan difícil.

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