Jueves
La decisión está tomada: tengo que salvar al gatito. No tiene más de seis meses y está solo en los jardines de una oficina. No hay más gatos en la zona, el Paseo de la Castellana está a 3 metros de él, cuando lo llamo viene, me deja acariciarlo.
Viernes
Contacto con una asociación que me va a prestar una jaula trampa y me dicen que lo suyo es hablar con los guardias de seguridad, que suelen colaborar en estos casos y que agradecen que les quitemos el marrón (=gato) de encima. Efectivamente, los de seguridad no me ponen pega alguna en que vaya el fin de semana e instale la jaula. Me cuentan que lleva allí solito como un mes y que no hay más gatos por la zona... se confirman mis sospechas: algún hijoputa lo ha abandonado porque es casi imposible que haya llegado hasta allí desde la nada cruzando calles y sorteando coches.
Mientras, el misino sigue devorando las latitas que le llevo e incluso amasa el suelo cuando lo acaricio!!!
Sábado
Primer inconveniente de la operación 'rescate gatito': no tengo la jaula trampa porque no consigo contactar con la chica de la asociación para saber dónde tengo que ir a por ella, así que me cojo mi transportín de toda la vida y mis latitas y me voy a trabajar. A mediodía, después de zamparme mi tupperware con 6 albóndigas casi sin masticar, llamo al interfono de la verja, le cuento mi triste caso al vigilante y me abre sin rechistar. Me paso una hora entera 'negociando' con Misifú a pleno sol: que si te doy la latita, que si te tienes que acercar, que si ahora me escondo, que si no me acaricies... Parece que lo voy convenciendo, ya tiene medio cuerpo en el transportín (porque hay una lata dentro, no porque yo se lo pida por favor...) pero no quiero arriesgarme a intentar cerrar la puerta, que se escape y que me coja miedo, así que decido dejarlo allí y volver al curro.

Y de nuevo en el trabajo, el tiempo no pasa. Ay, qué agobio tengo... y si no lo consigo? Si hubiese traido la jaula trampa ya sería mío... Se está nublando... como llueva se va a mojar... Ya son las 19:30, allá que voy! De nuevo la misma conversación en el interfono porque es otro vigilante. Me abre. Meto la latita en el transportín, Misifú entra y se deja las patitas de atrás fuera (argh!! mielda!!!) le pego un empujoncito y... TE TENGOOOO!!!! Comentario del vigilante: 'qué fácil, no?' Fácil? FÁCIL?.........
Pues ala, vámonos a casa. Lo meto en el cuarto de invitados con un arenero, agua y pienso y lo dejo tranquilo un rato para que se le pase el susto que tiene en el cuerpo. Antes de acostarme paso a verlo y sigue dentro del transportín más tieso que un palo, sigue taaaaan asustado...
Domingo
Ha salido del transportín, ahora está debajo de la mesa del ordenador pegado a la pared... algo es algo, no? Pero me mira con cara de 'te odio, jamás te lo perdonaré'...

Ya estás a salvo, pequeño. Yo te voy a cuidar. Aunque ahora no lo entiendas, esto es lo mejor para tí. No voy a dejar que te pase nada, te voy a alimentar y a dar cariño. Ya no vas a estar solo, te buscaré un hogar y hasta que lo encuentre te vas a quedar conmigo.