sábado, 29 de junio de 2013

Pelos, pelos, pelos

 ¿Cómo se puede ser tan guapo? ¿Quién es mi gatito guapo, quién? ¿Quién te quiere a ti más en el mundo? Di, ¿quién te quiere a ti? ¡¡Tu mamááááááááá!!


Bueno, y después de ésta foto gratuita y de estas frases ñoñas que seguro que todos soltamos cada día, voy a lo que iba: los pelos.

Todos los días, después de desayunar, toca recoger areneros y barrer o pasar el aspirador. Todos todos todos los días. Cuando no es una cosa, es la otra: barro todos y cada uno de los días de mi vida y paso el aspirador un día sí y dos no. Dicho lo cual, que alguien me explique esto:


¿Cómo es posible que después de semejante despliegue de medios siga habiendo tantísima cantidad de pelos en mi casa? Es horrible, ¡¡¡nunca se acaban!!! Es matemáticamente imposible que suelten tanta cantidad, porque además los cepillo cada día y saco dos buenas bolas de pelo.

Ante ésta situación, hoy me ha dado por preguntarme: si mis gatos no paran de soltar pelo, ¿por qué no se quedan calvos?

Sí, lo sé, se me está yendo la pelota. Pero es que los pelos me trastornan. Y lo que es peor, no sólo los pelos.....

martes, 11 de junio de 2013

Hasta el 40 de mayo

Dice el refrán que hasta el 40 de mayo no te quites el sayo. Y yo, que soy muy cumplidora y que creo firmemente en la sabiduría popular, me lo he tomado al pie de la letra y hasta esta mañana no he quitado el edredón nórdico de la cama. Vale, lo admito, algunos días he pasado un poquitín de calor, pero es que el edredón es taaaaan blandito...

El caso es que he quitado la funda y la he dejado en el suelo para llevarla luego al cesto de la ropa sucia. Y ahí sigue, desde esta mañana, porque cada vez que voy a cogerla me encuentro con ésto:

Sirio aprovecha su turno sobre el edredón.

Siempre hay alguien. Y cuando no es uno es otro, así que no descarto que se quede así toda la noche y ya si eso mañana pongo la lavadora...

Somos sus esclavos, está claro. Cuántas veces he tenido que dejar el armario abierto porque me he encontrado con un ocupante...

Yunus ha encontrado la postura perfecta. Por suerte, sobre un jersey blanco... 

Ayer, sin ir más lejos, puse una silla para poder subir una mochila al maletero, y al ir a quitarla... ¡¡ocupada!! Pues allí que se quedó toda la tarde... (Si ampliais la foto veréis que en primer plano hay un forro polar rojo colgado de una percha, ¿no? Bien, pues... ¿¿¿¿veis los pelos???? ¡¡QUÉ HORROR!!)

Sirio ocupa la silla, pero... ¿véis a quién observa? A Minerva, ¡la reina de las alturas!
 
Y, para terminar, os cuento la última moda: beber de la regadera. Por esa razón tengo que dejar la regadera tumbada, llena de agua y la terraza siempre abierta, ya sea de noche, de día, llueva, truene o nos asemos de calor...
¿Cuál de los tres tiene más carita de santo?
Sí, sí, he dicho tres... Yunus, Apolo y... ¡¡Estrellita, que te veo!!
 

Decidme que vosotros también sois esclavos... ¿a que sí? Ahora bien, otro refrán que me aplico: ¡¡sarna con gusto no pica!!