miércoles, 29 de octubre de 2014

Cambio de hora

Supongo que a estas alturas todos nos hemos enterado de que el fin de semana pasado nos cambiaron la hora porque de sábado a domingo dormimos una hora más (yupii!!)

Ahora amanece antes, por lo que podemos disfrutar de mañanas más largas. Y ahora que hace tan buen tiempo se agradece poder pasar un rato al sol...

 Minerva, ¿estás bien o te ha dado una lipotimia?
¿Qué haría Sirio sin el sol? Cómo disfruta el tío... (Atención al lateral de los sillones... ¡ay!)

A mí, que trabajo por las tardes, este cambio me viene de lujo porque puedo aprovechar más las mañanas y me da igual que anochezca antes porque de todas formas me paso la tarde encerrada en un edificio.

Pero seamos realistas: por mucho sol que entre por la ventana y mucho buen tiempo que haga, algunos días cuando suena el despertador no quieres saber nada de nadie y te gustaría seguir en la cama hasta empalmar con la noche...

Yunus: "Ni me mires..."

¡Menos mal que nada más abrir el ojo me encuentro un panorama felino sobre mi cama que anima a cualquiera!
No me siento las piernas...

¡¡Venga, arriba ese ánimo, que me tengo que ir a trabajar!! A ver qué me pongo hoy... yo creo que la falda negra, que hace días que no la llevo y me queda muy bien :)

¡¡¡Argh!!!

lunes, 13 de octubre de 2014

¡¡Precaución!!

Ayer me choqué con una farola por ir mirando a un gato que estaba asomado a una ventana. Por suerte, iba andando y no conduciendo. Además, solo fue un golpe en el hombro y no me vio nadie (excepto el gato...)

¿De quién se me habrá pegado a mí ser tan cotilla?......

 Apolo, al que parece que no doy de comer, rebusca en la basura en busca de cualquier migaja...

Sirio en busca del tesoro perdido: ¡nunca se sabe lo que 
puede uno encontrar en el armarito del baño!

Muchas veces he estado a punto de pillar a un gato con alguna puerta. Y no necesariamente una puerta de una habitación, sino una puerta de armario, una puerta de frigorífico, de horno.... ¡¡hay que tener cien ojos!!

Con tanto felino en casa, he aprendido a andar con cuidado para no pisar rabitos y patas, pero no siempre es evitable porque somos muchos en pocos metros, con lo que de vez en cuando se escucha en casa un grito aterrador, de esos que pegan los gatos que parece que los estuvieras matando.

Por suerte, nunca hemos tenido ningún susto importante, todo se ha quedado en avisos, como mi tortazo contra la farola.

¿Y vosotros? ¿Habéis tenido alguna mala experiencia o todo quedó en un susto?